Subimos a su base, no muy complicada de encontrar y comenzamos el descenso. Una primer descenso de unos 50 m nos deja en una repisa inclinada llena de piedras sueltas que amenazan con caer directamente al camino. La roca en este punto está completamente cuarteada y resultó algo complicado montar el segundo rápel. Para evitar este peligroso lugar nos desviamos a un árbol situado en una pequeña repisa desde donde descendimos al camino.
Son más de 100 m de descenso. Se trata de un descenso peligroso por la posibilidad de caída de piedras sobre los que pasan por el camino que cruza su base.
Dentro de unos días colgare un esquema.
Fotos: D. Dulanto y JM. Ayucar.