martes, 13 de junio de 2023

GOBA HAUNDI. Tertanga. TM de Amurrio (Alava)

El día 6 de junio, hacia las 3 AM, dos espeleólogos Mirandeses de 23 años fueron rescatados a la salida de la Cueva de Goba Haundi. Habían realizado la travesía entre la Cueva de Perilde (Burgos) y Goba Haundi (Alava). Al salir ya bastante tarde no supieron hallar la senda de acceso a esta cavidad y se enriscaron en una zona peligrosa. El aviso al 112 activó a la UVR de la Ertzaintza y Bomberos del Parque de Ayala que accedieron a la zona donde se encontraban y les ayudaron a descender hasta el pueblo de Tertanga (Alava). 

Ayer, día 12 de junio, accedí a esta cavidad junto con varios miembros de la UVR de la Ertzaintza para comprobar la senda de acceso y visitar la galería de Goba Haundi.

Actualmente la mayoría de las personas que realizan esta interesante y bonita travesía, en vez de usar el sendero bajan rapelando por el cauce, que está fraccionado en varios tramos sencillos. 

El sendero histórico de acceso a la boca atraviesa el cauce y asciende por la orilla izquierda orográfica hacia un espolón característico, luego sigue mas o menos en horizontal por una zona arbolada  hasta llegar de nuevo al cauce por encima de la cascada. Un cable instalado en el año 2005 permite asegurar el tramo más expuesto, muy cerca del cauce. Pero la vegetación ha crecido y si no se conoce la existencia del cable prácticamente no se ve. De la misma forma el sendero es difícil de seguir; hay pocas huellas de paso.

El mayor obstáculo hasta la boca de Goba Haundi, un resalte vertical de unos 10 m está equipado con grapas de acero y el cable que había antes ha sido retirado.











En unos días colgaré un esquema del acceso por el sendero para que este incidente, que no ha tenido consecuencias, no vuelva a suceder. También durante esta visita pude comprobar que algunos anclajes que estaban puestos para el descenso del barranco han "desparecido". No tengo palabras para cómo calificar a las personas que se dedican a quitar esos elementos de seguridad, que por cierto cuestan muy poco dinero. Su desaparición puede ocasionar graves problemas y sólo ellos, los ladrones, son los responsables. Lo malo es que nunca se sabrá quien/es han sido. Como decía Forges... ¡PAIS!