Hacia las 17 h del sábado 8 de octubre, R.M.U, espeleólogo de 43 años natural de Zestoa (Gipúzkoa) sufrió un accidente en la cueva de Hamabi Iturri mientras escalaba un resalte. Una gran piedra se desprendió de la pared y le fracturó la pierna derecha y le produjo contusiones severas en la pierna izquierda. Tras acomodar al herido, varios compañeros salieron de la cavidad rápidamente y dieron el aviso al 112 quien comenzó a gestionar el rescate.
Nosotros recibimos el aviso en la Sierra de Aralar, en el simulacro anual del Espeleosocorro Vasco EEL. Al principio las noticias eran confusas -suele ser normal- pero poco a poco se fueron despejando las dudas.
Yo recibí la noticia justo en la boca de la sima de Ormazarreta pues acababa de remontar desde el fondo de la cavidad. Varios espeleólogos nos trasladamos al puesto de control (PC) situado en Baraibar y confirmamos los datos que habíamos recibido en la boca de la cueva.
Desde allí con el botiquín nos dirigimos al municipio Gipuzkoano de Zestoa. Cerca del balneario de esta localidad estaba el puesto de control. En el lugar del accidente ya había muchos efectivos del grupo de rescate de la Ertzaintza que habían entrado en la cavidad para asistir al herido.
A las 21.30 h con otro grupo de socorristas de la Ertzaintza me introduje en la cavidad para ver el estado del herido y posteriormente informar al PC.
El herido se encontraba a unos 400 m de la entrada en una galería embarrada. Un barro pastoso que se pegaba a las botas e impedía casi andar. Las primeras atenciones médicas fueron hechas por un enfermero del grupo de rescate de la Ertzaintza. El tratamiento que dispensó este enfermero, todo hay que decirlo, fue impecable. El herido se encontraba hemodinamicamente estable, protegido del frío mediante la colocación de colchonetas aislantes y la confección de una tienda de campaña. Para evitar la pérdida calórica, aunque la cavidad no es demasiado fría, se utilizaron "velas" de alcohol etílico (LACOR) que al arder generan una fuente de calor que dura unas 6 horas.
Varias estrecheces severas situadas en la parte intermedia de la cavidad obligaron a desobstruir con explosivos. Labor que efectuaron varios espeleosocorristas y miembros de la Ertzaintza.
La cavidad no es muy ventilada y por ello fue necesario esperar a que los gases tóxicos desaparecieran para poder proseguir las labores. Este trabajo fue lento en aras de la seguridad.
Durante la espera a la evacuación definitiva el herido recibió antibioticoterapia y analgésicos para intentar evitar problemas ulteriores.
A las 5.30 AM del domingo día 9 de octubre comenzamos a "mover" lentamente la camilla. El herido se hallaba relativamente cómodo debido a los analgésicos administrados y la inmovilización.
Tras comprobar que las desobstrucciónes efectuadas eran suficientes el herido fue transportado poco a poco al exterior. Varios grupos de socorristas se turbaron en esta tarea. A las 8 AM, ya en el exterior la camilla fue izada por los bomberos hasta la carretera en la que esperaba una ambulancia que trasladó al herido a un centro hospitalario de Donostia-San Sebastián en la que actualmente se recupera de sus lesiones.
En el rescate intervinieron:
SOS Deiak, Grupo de rescate de la Ertzaintza, DYA, Bomberos de Gipúzkoa y espeleólogos del Socorro Vasco (EEL).
Fotos
D. Dulanto