La exploración solo se acaba cuando se abandona. Cerca de Bilbao todavía existen sitios poco o nada conocidos que solo esperan a que alguien vaya a verlos. La parte final del Barranco del Grazal, cercana la cueva de mismo nombre presenta ciertos encajonamientos muy estéticos, que no recordamos hayan sido descritos en ningún lugar. En la parte alta del Barranco del Grazal el arroyo desaparece en el Sumidero del Avellano y el agua reaparece en la Surgencia de Arbori, 200 m de desnivel más abajo. Una puerta metálica permite entrar unos pocos metros aunque no ha sido posible aún remontar el cauce.
Los intentos de conectar la Torca del Avellano (ver foto) con esta surgencia todavía no han dado sus frutos, pero el desafío sigue ahí.
Dentro de unos días colgaré un esquema y mapa de la zona. Por ahora, unas fotos de este bonito lugar.