martes, 23 de junio de 2009

TOR (LERIDA)














































Este pequeño pueblo Leridano. El pueblo más alto de Cataluña (1.640 m), y uno de los más altos de todo el Pirineo, posee una historia trágica que lo ha hecho famoso. La edición de un libro titulado: "TOR, LA MONTAÑA MALDITA" ha servido para conocer este olvidado lugar. Trece casas (algunas en ruinas) y una iglesia. En verano hay posibilidad de comer en una de ellas.
En el pueblo, un cartel "reza" lo siguiente: Cataluña tiene 1000 años, Tor ya existía.
Desde el pueblo de Alins, situado el Valle de Vallferrera, una carretera de 13 km. asciende hasta el pueblo. La última parte no se encuentra alsfaltada. La carretera prosigue su ascenso hasta el Port de Cabús (2.298 m.) justo en la frontera con Andorra. Este tramo solo es apto para vehículos 4x4.
Existe un antiquísimo camino que une las poblacione de Alins y Tor. El camino denominado por los lugareños (informaciones de un habitante de Noris) "El Camino Real" está prácticamente en desuso pues la pista ha dejado en el olvido a esta vieja ruta. El camino sorprende a cada paso, pues en muchos tramos ha sido tallado en la roca, y en otros existen viejas piedras que lo sustentan. Unas curiosas marcas amarillas con un punto negro en su centro (ver foto) ayudan a orientarnos en el camino. Durante el trajecto pasaremos por la población de Noris (2 habitantes).
Pero volviendo a la historia de este olvidado pueblo. Tras la belleza de este olvidado lugar existe un secreto. Un reportaje realizado por una cadena de TV catalana (TV3) y la posterior edición de un libro en 2006 (Carles Porta. Ed Anagrama: Tretze casas i tres morts) reavivó una historia de venganzas, resquemores y asesinatos no aclarados aun hoy en día.
Las rencillas entre dos familias Los Sansa y Los Palanca sobre la titularidad de la montaña. Murieron 2 guardaespaldas de Palanca.
En 1995 la justicia otorga la titularidad de la montaña (2.300 Ha) a Sansa, pero cinco meses más tarde aparece en su casa, ahorcado y apaleado, con su cuerpo casi descompuesto (hacía casi cuatro meses que no se sabía nada de él). La autoría de los asesinos no se sabe aún hoy en día.
De todas formas, a pesar de esta lúgubre historia, la visita a esta población permite conocer este olvidado valle y disfrutar del paisaje. El trayecto a través del camino, en vez de ir por la pista es una opción altamente recomendable. Lástima que por allí parece que va poca gente y si sigue así y nadie repara el camino, en pocos años estará arruinado del todo esta antiquísima vía de comunicación.
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Fotos y esquemas: D. Dulanto