De vez en cuando saltan en los medios de comunicación informaciones sobre personas que han sido mordidas por víboras. Y en los medios y entre la gente se dice que "han sido picados". Las víboras no pican, muerden, porque para eso tienen dientes exclusivos con los cuales inyectan una saliva modificada, que es el veneno que utilizan para cazar. El hecho que un año pueda haber más víboras que otro es circunstancial. Estos animales se reproducen cuando las condiciones ambientales son favorables. No hay otro motivo.
Este año ya ha habido varias mordeduras, y de alguna de las cuales he estado informado directamente al ser consultado por otros compañeros médicos de otros centros hospitalarios.
Actualmente disponemos de un suero antiofídico muy eficaz -solo disponible en ambiente hospitalario- que revierte los síntomas del envenenamiento de forma rápida y efectiva. La mayoría de los supuestos ataques de estos animales son por manipulación indebida. Estos animales al ser molestados se defienden y pueden morder. La mejor forma para no tener problemas es no manipular ningún ofidio que nos encontremos en el campo; pues la mayoría de las personas no sabe identificar las diferentes especies que hay en España.
Ayer, en concreto, día 9/07/2022 leo en EL CORREO (Bizkaia) un artículo firmado por J.A. Sarasketa titulado "PRECAUCIÓN CON LAS VÍBORAS". J.A. Sarasketa es Presidente de Adecap (Asociación para la defensa del cazador y pescador) y la ONC (Oficina Nacional de la Caza). En el artículo hace mención de cómo tratar la mordedura de una víbora a un perro. Cito textualmente: Cuando un perro sufre una picadura de una víbora, el calor de un hierro enrojecido es el más poderoso y seguro de los remedios, aunque puede reemplazarse por algún tipo de ventosa de venta en algunas farmacias o inyectar rápidamente corticoides, o bien pinchar en varios puntos de la mordida. Para localizar la picadura conviene mojar al perro y observar por donde sale un poco de sangre. Con el hombre se procede de forma similar, intentando calmar al herido para que no se mueva en exceso y poder desplazarle al médico más próximo"
El artículo en sí tiene una serie de graves errores que lo único que hacen es confundir al lector. Esas medidas que preconiza como son: quemar el punto de inoculación, abrir las heridas o aplicar corticoides no sirven absolutamente para nada y están totalmente desaconsejadas. Si a un perro le muerde una víbora y le inyecta una cantidad de veneno suficiente, lo normal es que fallezca.
El tratamiento de una mordedura de víbora solo se puede hacer en medio hospitalario. Solo ciertos centros hospitalarios disponen del suero antiofídico específico, que además es bastante caro. Dos viales de VIPERFAV tienen un coste de 4.000 € y no se pueden adquirir en cualquier farmacia. Solo las farmacias hospitalarias pueden disponer de este fármaco. Además el tratamiento del envenenamiento es siempre empírico. No podemos saber qué cantidad de veneno ha inyectado la víbora, por ello el tratamiento sigue hasta que los síntomas desaparecen.
Ante la posible eventualidad de una mordedura de víbora se debe avisar al 112 y trasladar a la persona a un centro de referencia para que los médicos evalúen las medidas necesarias.
En las siguientes fotografías muestro el resultado de este suero antiofídico al ser administrado a un herpetólogo que fue mordido por una víbora en los alrededores de la ciudad de Bilbao al no observar las medidas de cautela. El tratamiento fue muy efectivo y al día siguiente fue dado de alta.
Fotografías: D. Dulanto. Hospital Universitario Basurto. Bilbao
¡ Una imagen vale más que mil palabras !
Mordedura de víbora. Antes de administrar suero antiofídico
Imagen de la mano tras la infusión de suero antiofídico Punto de inoculación (mordedura)
Imagen de la mano tras la infusión de suero antiofídico