24 de julio de 2010. Son las 9.30 de la mañana. En el aparcamiento a la salida del pueblo de Isaba, nos reunimos con los organizadores. Subimos hasta las inmediaciones de la entrada del famoso pozo Lepineux. Es una ocasión única la posibilidad de descender este mítico pozo.
Han pasado 60 años del primer descenso de esta sima que abrío las puertas a uno de los más famosos sistemas subterráneos del mundo. Durante las exploraciones del año 1952, falleció en un accidente absurdo uno de los exploradores, M. Loubens. El cable que sujetaba el arnés se salió de uno de los pernos y tras caer desde unos 15 m de atura, falleció a consecuencia de las heridas tras 36 h de agonía. Este accidente, conocido por todos los espeleólogos, fue difundido ampliamente por toda la prensa mundial de la época y hay abundante información en muchos libros, blog, etc..
En esta ocasión, miembros del G.E. Otxola (Navarra) han conseguido el permiso del Gobierno de Navarra para poder descender esta sima. Ellos se han encargado de reinstalar los pozos para esta ocasión.
Durante los dos fines de semana de julio, en los que ha habido permiso, han bajado cerca de 100 espeleólogos de muchos lugares de España y también algunos franceses.
Desde este blog, mi más sincera felicitación a los organizadores. Para todos -por lo menos, con los que yo he hablado- ha sido un descenso magnífico
Col. de S. Martín, varios vehículos nos trasladamos hasta Ste. Engrace (St. Garazi) para dejar algunos coches y así poder regresar tras salir por la Sala de La Verna. La pista de acceso a esta boca artificial (1961), antaño en muy malas condiciones, ha sido reparada. Se puede aparcar en las inmediaciones del Bco. de Arphidia. Desde ese punto está prohibido subir hasta la boca en vehículos particulares.
Regresamos de nuevo al Col. de San Martín y tras las indicaciones de los organizadores se forman 4 grupos, de aproximadamente 10 a 12 personas cada uno.
El acceso a la sima lleva ya muchos años modificado. Una puerta, con una verja de hierro, impide el paso a la boca. La dolina de entrada fue tapiada con vigas de cemento y desde la puerta unas escaleras llegan hasta el comienzo de la vertical de 320 m.
La instalación actual no tiene nada que ver con el sistema que usaron los primeros exploradores (ver fotos más arriba). Hay 28 fraccionamientos para llegar al fondo.
En algunas repisas el G.E. Otxola han colocado unas redes para impedir la caída de piedras.
Todavía son visibles los surcos que hizo en la pared el cable que usaban hace 60 años para ascender y descender el pozo.
A todos los que hemos bajado el pozo nos recorre un escalofrío pensar en el sistema que usaron los pioneros. Hay mil y un roces en el descenso. Yo, personalmente, no me imagino estar colgado de un cable de 5 mm en esa sima. ¡ Pero...eran otros tiempos !
El descenso es lento pues somos muchos espeleólogos. Sin problemas, llegamos a la base. Un poco más abajo de la vertical, junto a una gran roca es aún bien visible el epitafio escrito tras la muerte de M. Loubens. También se pueden ver restos oxidados de las líneas telefónicas, etc. que usaron los primeros exploradores.
Desde la base del Pozo Lepineux, así denominado en honor a su descubridor, seguimos el balizaje, algo precario. Pasamos por la inmensa Sala Casteret, la Sala Loubens, el Metro, la Sala Quéffelec. Llegamos a la Sala Adelie. Tras pasar por esta sala, antes de llegar a la Sala Chevalier hay un paso bajo que puede sifonar en grandes crecidas. La inmensa Sala Chevalier es la antesala de la Sala de La Verna. El balizaje actual no es demasiado bueno. Puede haber alguna confusión antes de llegar a La Sala de La Verna pues el paso no es demasiado evidente.
Llegamos a la Sala de la Verna y bajamos por las escaleras. Uno de los espeleólgos nos avisa que está prevista la última visita turística y que podremos ver iluminada la sala. ¡ Nos quedamos esperando a los turístas !
A los 15 min. aparecen acompañados por un guía unas 20 personas. Nos miran como parte del lote.
¡Comienza el espectáculo....!
La verdad es que todos los que ya habíamos visto iluminada esta sala, pero de otra forma, nos hemos quedado sorprendidos. La instalación del sistema de iluminación ,que va iluminando de forma progresiva la sala mientras el guía cuenta hechos de las primeras exploraciones es magnífica. ¡ Merece la pena verlo !
Hay colocados unos maniquís en el fondo de la sala y en lo alto de la entrada de la Galería Aranzadi. Con ellos se puede apreciar mejor las dimensiones de esta colosal sala.
Al finalizar sesión salimos por el túnel, dejando en un momento dado (dcha) la entrada a la Red Arphidia, que aún no ha podido ser conectada de forma natural al Sistema de la P. San Martín.
Han sido 5 horas de travesía en las que lo más peligroso es caminar por los bloques de las grandes salas. Siempre muy resbaladizos y en los que hay que andar muy atentos.
El descenso de la sima Lepineux no es más peligroso que la de cualquier otra sima de Larra u otros lugares, ¡Los motivos del cierre los sabrá el Gobierno de Navarra! Regular la entrada, al estar la sima cerca de la carretera, podría ser una buena opción.
Cuelgo en el blog algunas fotos de nuestra visita y algunas fotos de la primera época.
Informaciones de la visita turística a la Sala de la Verna en internet: http://www.laverna.fr/
Fotos: D. Dulanto
Para el mes de Octubre veremos si podemos regresar a las grandes salas para poder fotografiarlas. No hay buenas fotos de las otras salas. Esperaremos a nuestro amigo J. Granja para esa ocasión. ¡ Seguro, logrará resultados espectaculares que en su día difundiremos!
De nuevo, gracias a los organizadores por esta "joyita" de travesía.