En ciertas zonas de la costa bizkaina podemos ver afloramientos calizos. Algunos muy notables, como el cabo Ogoño (Elantxobe) o el monte Otoio (Lekeitio). Pero hay también zonas muy, muy poco conocidas; en las que la caliza ha fomado calas de indudable belleza, como la cala de Iruerreketa; situada cerca del pequeño pueblo de Natxitua. El acceso no es demasiado complicado al existir una pista abandonada que se dirige hacia la costa desde el el caserío Santigaldis (ver mapa).
Mapa y fotos: D. Dulanto